GLORIA LANUZA MORENO

sábado, 10 de noviembre de 2012


EL FUTURO ES NUESTRO, NO SUYO.

Dicen por ahí que estamos en medio de una crisis económica. Algunos la comparan con el famoso “Crack del 29”, y otros hasta con la Guerra de Cuba de 1898. Sea como sea, en este país (y bastante más allá), vivimos en una situación insostenible. Que si recortes por aquí, desahucios por allá, un poquito de corrupción, una pizca de manipulación informativa…en definitiva, un sin fin de ingredientes que hace que el conjunto sepa a mierda.

Sin embargo, la hipocresía no podría ser más evidente. La verdad es que puede ser que de vez en cuando, una de cada mil personas consiga un Iphone gratis, pero tanta chatarra de última generación rondando por la calle no es normal. O limusinas aparcadas en las esquinas, cines a tope, tarjetas de crédito quemadas en centros comerciales, jóvenes que están en paro y sin embargo gastan veinte euros en discotecas, etc. Esto habría sido normal en la época noventera con Aznar al mando del gobierno, “cuando éramos grandes y una de las mayores potencias mundiales” o como se dice ahora “cuando vivíamos por encima de nuestras posibilidades”.

Pero es que, personalmente, no me aclaro. ¿Crisis económica o crisis de valores? Supongo que me hago demasiadas pajas mentales pensando en un mundo utópico, donde la empatía sea la base de todo. Un mundo donde mirásemos alrededor y valoráramos lo que tenemos y lo capaces que somos en realidad de cambiar lo que nos rodea, o al menos de cambiarnos a nosotros mismos, ¡que ya es mucho decir!. Mirar más allá de las grandes multinacionales, salir al campo y desconectar de la pantalla global en la que vivimos. Alimentarnos sin necesidad de maltratar y asesinar animales. Deshacer el nudo de la venda que tenemos puesta en los ojos y no dejarse manipular por nadie ni nada. Y, que de vez en cuando, seamos desobedientes con los que nos hacen creer que la vida será perfecta si nos quedamos donde estamos calladitos y sin molestar.

Sería la primera hipócrita si no me considerara una víctima de todo esto. A veces es difícil poner los pies sobre la tierra, pero creo que mis pasos hacia delante son cada día más firmes. El futuro es nuestro, y no hay mejor momento que ahora para dirigirlo hacia un lugar mejor.





Cántale más a tu madre, algo bonito, y menos a tu equipo

Barça-Madrid, Madrid-Barça, o lo que sea.  A penas se oye ruido en la calle, y tengo la sensación de que soy la única persona de la ciudad que esta mirando como llueve por la ventana. Sin ánimo de que me quede la frase muy bohemia, ya que hasta se me está mojando el ordenador, me parece más bella e interesante esta imagen que la de dos equipos forrados luchando por quien es el mejor. Pero esto es como todo. Para algunos, la felicidad de toda su siguiente semana, o quien sabe, quizás la de todo el año, depende del resultado de este partido. Respetable, supongo.

Aun así, me compadezco de las personas que tengan que servirle el café mañana, a aquellos que queden decepcionados por el resultado. O bien, de aquellos que les sirvan un café alguien que esté de mala leche debido al partido. No es demasiado agradable. Y es que es increíble como le afecta el futbol a la gente. Me atrevería a compararlo fácilmente con las religiones. Fanatismo, esa es la palabra, y un gran peligro. “Que me quiten lo que quieran, pero el futbol no”. No cuesta mucho de oír este tipo de frases.

Hay quien dice que es simplemente un espectáculo más. Que se puede comparar tranquilamente con el cine o el teatro. Es decir, los domingos, algunas personas van al cine y otras al futbol. Claro, las dos cosas son entretenimiento. Pero…ostras, ¡yo pensaba que el cine y el teatro eran arte a parte de entretenimiento! Resulta que por regla de tres, el futbol es arte. Aunque no hay quien se lo trague.

Obviamente habrá millones de persones que se me “tirarían encima” al leer esto, o bien me tacharían de demagoga. Pero os haré un favor y os reconoceré que High School Musical no es arte, y que el futbol como deporte tiene buenos valores. Sin embargo, estaría muy bien que los fanáticos del futbol reconocieran lo vergonzoso que es aplaudir a tíos multimillonarios, que corren detrás de una pelota para comprarse coches caros. Ojalá las millones de personas que se movilizan con el futbol, salieran a la calle para protestar contra las injusticias a las que nos sometemos día a día. 


martes, 22 de mayo de 2012

D'ON NO N'HI HA...RAJA!

Yo pensaba que no había dinero por ningún lado…: “¡Europa se va al garete!” “¡El Euro quiebra!” “¡España se hunde! y sin embargo…en el parque temático Port Aventura se acaba de inaugurar la montaña rusa mas alta de Europa. En la celebración de Eurovisión y en sus ensayos, se gastan cantidades exuberantes de dinero en efectos especiales. Se construyen Autopistas estúpidas e innecesarias por el país. Edificios fantasmas gigantescos, los cuales iban a acoger a millones de personas cada año. Aeropuertos en los que despegan y aterrizan cuatro vuelos a la semana. Pantallitas dentro de buses y metros en las que se proyectan videos de caídas idiotas, pero no la información sobre las paradas. Y un largo etcétera.

Tengo una idea. En vez de robar dinero a los ciudadanos y a las instituciones públicas, podríamos tomar prestado el dinero de los políticos y de los grandes directivos de los bancos. En vez de construir gilipolleces, podríamos invertirlo en deudas que ellos mismos han creado por su propio interés, y tal vez, así, podríamos intentar salir de esta maldita crisis.


miércoles, 18 de abril de 2012


EuroVegas NO, GRACIAS.

Hace unos años ya lo intentaron con el macroproyecto de Gran Scala. Éste, seria un gran negocio para el país, pero en especial para la comunidad autónoma aragonesa y su desierto de Los Monegros. Constaría de 32 casinos, 70 hoteles y 6 grandes parques temáticos. Es decir, una auténtica barbaridad, teniendo en cuenta la cantidad de contras que esto suponía. Para empezar, se construiría en un desierto, con escasa agua y con un clima desagradable en invierno y en verano. Afectaría  gravemente al medioambiente y la comarca recibiría un turismo pésimo, convirtiéndose así en la cuna del narcotráfico europeo, la prostitución y la corrupción.

Suena algo fuerte, teniendo en cuenta que los que apoyaban el proyecto simplemente pensaban y creían ciegamente en el crecimiento económico que éste generaría. Facilitaría puestos de trabajo y las deudas del país quedarían cubiertas. Si, pero, ¿a qué precio? ¿y si a la larga no funcionara? Se convertiría en lugar de inmensas dimensiones con edificios vacíos, digno de filmar una película de terror.  

Afortunadamente esta locura no se llevó a cabo. Sin embargo, la historia se repite. Imagínense la misma historia pero cerca del aeropuerto de el Prat del Llobregat, Cataluña. Solo que ésta vez se llamaría Eurovegas. Se trata de un proyecto parecido que generaría 164.000 puestos de trabajo. La parte más interesante de éste proyecto es que se lo están “rifando” Cataluña y La comunidad de Madrid, o mejor dicho, los políticos Artur Mas (CiU) y Esperanza Aguirre (PP). 

La verdad, me sorprende oír comentarios como: “Me parece una idea brillante” o “que se lo quede Madrid, y que se joroben” (y viceversa). Este tipo de gente deja bien claro que solo miran hacia su ombligo y que no creen en otras soluciones para mejorar la economía del país. Desde luego, fomentar el espíritu de Las Vegas no nos hace crecer, sino hacernos más pequeños de lo que somos. ¿Es éste el modelo de desarrollo que queremos seguir? ¿la fomentación de la ludopatía?

A mi parecer donde se debería invertir realmente es en las instituciones públicas en las que el gobierno no para de hacer recortes, en el ámbito de la cultura, y en facilitar ayudas de todo tipo a los jóvenes estudiantes, que al acabar la carrera se ven obligados a buscar trabajo en otros países.