EuroVegas NO, GRACIAS.
Hace unos años ya lo
intentaron con el macroproyecto de Gran Scala. Éste, seria un gran
negocio para el país, pero en especial para la comunidad autónoma aragonesa y
su desierto de Los Monegros. Constaría de 32 casinos, 70 hoteles y 6 grandes
parques temáticos. Es decir, una auténtica barbaridad, teniendo en cuenta la
cantidad de contras que esto suponía. Para empezar, se construiría en un
desierto, con escasa agua y con un clima desagradable en invierno y en verano.
Afectaría gravemente al medioambiente y la comarca recibiría un turismo
pésimo, convirtiéndose así en la cuna del narcotráfico europeo, la prostitución
y la corrupción.
Suena algo fuerte, teniendo
en cuenta que los que apoyaban el proyecto simplemente pensaban y creían
ciegamente en el crecimiento económico que éste generaría. Facilitaría puestos
de trabajo y las deudas del país quedarían cubiertas. Si, pero, ¿a qué precio?
¿y si a la larga no funcionara? Se convertiría en lugar de inmensas dimensiones
con edificios vacíos, digno de filmar una película de terror.
Afortunadamente esta locura
no se llevó a cabo. Sin embargo, la historia se repite. Imagínense la misma
historia pero cerca del aeropuerto de el Prat del Llobregat, Cataluña.
Solo que ésta vez se llamaría Eurovegas. Se trata de un proyecto
parecido que generaría 164.000 puestos de trabajo. La parte más
interesante de éste proyecto es que se lo están “rifando” Cataluña y La comunidad
de Madrid, o mejor dicho, los políticos Artur Mas (CiU) y Esperanza Aguirre
(PP).
La verdad, me sorprende oír
comentarios como: “Me parece una idea brillante” o “que se lo quede Madrid, y
que se joroben” (y viceversa). Este tipo de gente deja bien claro que solo
miran hacia su ombligo y que no creen en otras soluciones para mejorar la
economía del país. Desde luego, fomentar el espíritu de Las Vegas no nos hace
crecer, sino hacernos más pequeños de lo que somos. ¿Es éste el modelo de
desarrollo que queremos seguir? ¿la fomentación de la ludopatía?
A mi parecer donde se debería invertir realmente es en
las instituciones públicas en las que el gobierno no para de hacer recortes, en
el ámbito de la cultura, y en facilitar ayudas de todo tipo a los jóvenes
estudiantes, que al acabar la carrera se ven obligados a buscar trabajo en
otros países.